‘De repente la oscuridad’ (1970) - Efectivo suspense setentero


Dos jóvenes enfermeras inglesas pasan sus vacaciones en bicicleta atravesando aislados paisajes de Francia. Una rubia y otra morena. La primera se aburre y tiene ganas de marcha, de hablar con más gente y ligar con algún lugareño. La segunda, muy responsable, prefiere atenerse al plan acordado de visita por monumentos y sitios de interés de la ruta. Discuten y se separan. La rubia prefiere quedarse cerca de un bosquecillo para seguir tomando el sol, mientras su compañera sigue adelante en el itinerario. El problema es que hace tres años en ese mismo sitio hubo la violación y asesinato de una joven holandesa que hacia autostop. También era rubia.

El británico Robert Fuest (‘El abominable Dr. Phibes’), que venía de haber dirigido varios episodios de la exitosa serie televisiva ‘Los vengadores’, se marcó uno de los thrillers más efectivos de inicios de los 70 con ‘De repente la oscuridad’ (And Soon the Darkness, 1970), a base de poquísimos personajes y escenarios, y muchas dosis de tensión y buena planificación.

Las dos amigas son la morena Jane, interpretada por Pamela Franklin, que destacaría también en ‘La leyenda de la mansión del infierno’, o a los 10 años en esa obra maestra que es ‘Suspense’, de Jack Clayton, interpretando a Flora. Y la rubia Cathy está encarnada por Michelle Dotrice, cuya trayectoria seguiría sobre todo en televisión. Se hizo famosa con la sitcom británica ‘Some Mothers Do ‘Ave’ (o ‘N’hi ha que neixen estrellats’ en su título cuando se emitió por la cadena catalana TV3), e intervino en films de terror británicos como ‘La garra de satán’.


El peso principal de la acción es para Jane y su desesperación para encontrar a su desaparecida amiga con vida antes de que oscurezca; y la gran habilidad de ‘De repente la oscuridad’ (And Soon the Darkness) más que la originalidad o complejidad de sus argumento es el aprovechamiento de esos escasos escenarios: una carretera, algunos bares restaurante, una gendarmería, un bosque, un páramo con coches y autocaravanas abandonados; y los personajes que van apareciendo, todos ellos sospechosos de haber secuestrado a Cathy, o al menos de tener algún secreto que ocultar. Un joven detective que se comporta de una manera algo rara, el gendarme local que tampoco parece del todo de fiar, la propietaria de un bar y su no menos extraño marido o una solitaria profesora británica con inclinaciones lésbicas que vive cerca de allí.

Así como la planificación del suspense. Un ejemplo, la escena de la desaparición de Cathy con los pequeños indicios previos de que alguien ha estado espiándola: a través de los arbustos mientras toma el sol, una de sus prendas íntimas que había puesto a tender ha desaparecido; los radios de una de las ruedas de su bicicleta han sido cortados…

Entremedio de esta atmosfera, de personajes y parajes, Robert Fuest supo potenciar perfectamente la sensación de chica sola y desamparada de Jane, extraña en un país del que apenas conoce su idioma; o la manera de ir levantando recelo sobre cada uno de los posibles implicados. No es que sea gran cine sino un largometraje, pensado sí para pantalla grande, pero de factura más tirando a televisiva, pero muy, muy efectiva en la que destaca especialmente la interpretación de Pamela Franklin.





El remake


El debutante en el largometraje Marcos Efron ha firmado el remake de este pequeño clásico de los 70, cambiando los parajes de la campiña francesa por Argentina. Sus dos protagonistas son la morena Odette Yustman (‘La semilla del mal’) y la rubia Amber Heard (‘Zombieland’, ‘The Ward’). No tiene fechas de estreno confirmadas, pero se presentó en el European Film Market de la pasada edición del Festival de Berlín.





Imágenes y póster:







.

Comentarios

Entradas populares