Zinebi 2014: 'Hipopotamy' y la animación redentora.
Este año he tenido la suerte de formar parte del jurado para el premio Cineclubfas en la 56ª edición del Zinebi (Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao). Hemos visto más de 65 cortometrajes en la sección de Concurso Internacional, de los cuales hemos escogido 'Hipopotamy' de Piotr Dumala como ganador.
'Hipopotamy' es un cortometraje que habla de la condición humana sin tapujos. No lo hace de un modo vago, ni usa la condición humana para justificar una propuesta vacía... Habla de la condición humana desde el puñetazo en la tripa, de forma directa. En esencia, 'Hipopotamy' expone la eterna disyuntiva entre Jean-Jacques Rousseau y Thomas Hobbes. ¿Es el ser humano bueno o malo? ¿Es el estado natural de los hombres la guerra interminable movida por motivos egoístas? ¿O es posible la armonía? Al principio, el corto nos muestra una escena idílica, con unas mujeres bañando a sus hijos... Hasta que el hombre hace acto de presencia, con sus demandas, su agresividad y sus armas erectas. El caos no tarda en sembrarse, y se suceden imágenes que remueven lo más hondo del alma. El hombre somete a la mujer y destruye al infante. Cuando lo más terrible ha pasado, vemos la posibilidad de una reconciliación en una danza ritual entre hombre y mujer, un lenguaje gestual que sirve para sincronizar las necesidades de una y otra parte. ¿Será la paz duradera? ¿Hemos hallado en la evolución del lenguaje y el conocimiento un modo de romper con lo primitivo? ¿O está la historia destinada a repetirse de otras formas y con diferentes colores?
El cortometraje adquiere un cariz cínico si pensamos en que describe los cimientos de nuestra sociedad patriarcal. Que todo empezó así, y que lo que somos ahora es un resultado de esos actos y esa violencia. Es perturbador entretener la noción de que lo que hemos visto en el cortometraje es una versión extrema de cosas que vemos en el día a día. Después de todo, las relaciones de poder siguen campando a sus anchas en el presente, sólo que camufladas bajo tácticas más sutiles. Puede que sólo hayamos encontrado sistemas más complejos y menos directos de lidiar con nuestra violencia inherente.
Piotr Dumala no es ajeno a temas de calado, pues trabajos anteriores suyos incluyen una versión animada de 'Crimen y castigo' de Fiódor Dostoyevski o una biografía de Franz Kafka. La música de Alexander Balanescu (colaborador habitual de Michael Nyman) enfatiza esa dualidad entre lo más bello y lo más cruento del ser humano. Paz, guerra, sexo, violencia, miedo, muerte, fin abrupto de la inocencia... Temas inmortales que son tocados y tratados con exquisita sensibilidad en menos de un cuarto de hora.
Para encontrar el motivo del título del cortometraje, baste con extraer un par de datos sobre el ciclo vital de los hipopótamos y su comportamiento: "El apareamiento se produce en el agua, con la hembra sumergida durante la mayor parte del encuentro y emergiendo su cabeza periódicamente para tomar aire. Son uno de los pocos mamíferos que dan a luz bajo el agua, como los cetáceos y sirénidos". Y la más reveladora: "Cuando una zona está densamente poblada, o cuando un hábitat comienza a hacerse pequeño, los machos dominantes intentarán en ocasiones matar a las crías, aunque las madres los defenderán de forma muy agresiva, llegando incluso a matar al macho".
El premio para 'Hipopotamy' es también representativo del buen nivel general de animación que ha habido este año en el Zinebi. El nivel de los documentales ha sido paupérrimo (con la excepción de 'Shipwreck', 'Nae Pasaran', 'Haunted Hòa Lò' y 'Elena Asins: Génesis') y el nivel de la ficción en imagen real ha sido cuanto menos muy irregular: propuestas interesantes como 'Washingtonia', 'Sem Coraçao', 'Os Meninos Do Rio' o 'Lystopad' eran minoría. Había, ante todo, una omnipresencia de la peor vertiente del cine social; desapegada, oportunista y carente de compromiso real. Mientras tanto, los cortos de animación se han mantenido en un buen nivel, con propuestas inventivas y originales. La mayoría se orientaban más hacia lo amable y sentimental, aunque tampoco faltaban cortos de animación que hablaban de temas muy adultos como el existencialismo en 'Simulacra' o 'Man On The Chair' o la crueldad del ser humano en el caso que nos ocupa.
El poeta Jacek Dobrowolski ha descrito el mundo de Piotr Dumala de la siguiente manera: "It is a kingdom of night and darkness, dreams and shadows, where silhouettes emerge from the dark and stay in semi-darkness, never appearing in bright daylight (...) It is the world of a child amazed with the beauty and cruelty of the World".
Por último, sirva una frase del propio Piotr Dumala en la que deja claro su mayor interés artístico: "What interests me in filmmaking is the penetration of the 'ultimate mystery', that is of what we do not understand, what has got no name. It is God for some, fate for some, and for others it is the reason for the existence of the world or the question who we are and why we exist, or what drives what we do. We live to approach this mystery - everyone in their own way."
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