Sitges 2015: 'Maggie', un Schwarzenegger con zombis y en plan padrazo

Se hace difícil, muy difícil asumir que en una película salga Schwarzenegger y no haya acción a raudales. El actor estrella ha optado por esta producción pequeña, muy dramática, de corte intimista. El mundo está asolado por una plaga que convierte, cómo era de esperar, a sus víctimas en una especie de muertos vivientes decramados y sedientos de sangre. Pero la función es la de presentar el drama desde la perspectiva de aquellos que lo padecen, sean los propios afectados o familiares y seres queridos que le rodean.

En este contexto, con el tema zombi tratado como si fuera una enfermedad terminal, las autoridades permiten que pasen sus últimos días con los suyos antes de entrar en la etapa crucial de conversión (y en la que serán adecuadamente eliminados). Un detalle. Y el buenazo de Scharzenegger tendrá esta oportunidad con su hija, interpretada convincentemente por Abigail Breslin.

Es la ópera prima del director Henry Hobson, y tendrá sus defectos, como demasiada solemnidad en su historia; y afortunadamente algún estallido hay de acción y violencia por parte de Schwarzenegger, pero lo dicho, lo que priman son los sentimientos y alguna lagrimita.

Por lo demás, no está nada mal. Una pequeña película que no molesta, que resulta digna y que, en lo que a mí respecta, se ha hecho su hueco entre las películas del género zombi más plausibles de los últimos años. Abigail está estupenda, y Schwarzenegger... qué decir, es un icono y un primer plano suyo vale por mil palabras.