Sitges 2015: 'We Are Still Here', ¿y a mí qué?

Tenía su gracia. Su protagonista es Barbara Crampton, la de Re-Animator, y también está Lisa Marie, la taradísima y encantadora actriz que es también la ex de Tim Burton (la dejó por Helena Bonham-Carter, otra que tal). Y bueno, estaba lo de mezclar varios temas, como el de las casas encantadas, el espiritismo, el slasher... como si fuera una producción casi de los 80.

Ese aspecto añejo, y de serie B, lo logra; pero poco más. Un matrimonio se traslada a un aislado caserón de un pueblo perdido de Nueva Inglaterra donde muchos años atrás ocurrió un suceso trágico, terrible. Esto provoca que, a parte de deambular por allí unos espectros muy poco amigables, cada 30 años surja una maldición que exige su tributo en sangre.

Y decía que "poco más" porque la película dirigida por Ted Geoghegan, muy al estilo de una clásica producción de la mítica Hammer, fracasa en su intento de mezclar terror con toques de comedia. Y sobre todo por unos minutos finales precipitados, mal montados y peor narrados, en los que el espíritu que realmente pulula por allí es el de las obras de Lucio Fulci. Nada en contra, sino fuera porque Geoghegan está a años luz de la capacidad para impactar o provocar de las cutre-producciones italianas de Fulci.

Tampoco todo va a ser critica por criticar. We Are Still Here ("Aún estamos aquí") tiene sus momentillos, en alguna escena incluso se pasa algo de angustia, tiene su parte de intriga. Pero lo dicho, más bien nos deja con la nostalgia de que antes, con la Hammer o Fulci, entre otros, uno se lo pasaba muchísimo mejor.