LEVANTEMOS ALGO DE POLVO
"Antes del principio, después de la Gran Guerra entre el Cielo y el Infierno. Dios creó la Tierra y dió dominio sobre ella al habilidoso mono al que llamó Hombre.
Y en cada generación nació una criatura de luz y una criatura de oscuridad .Y grandes ejércitos se enfrentaron de noche en la antigua guerra, entre el Bien y el Mal. La magia existía entonces, la nobleza y una crueldad inimaginable. Y así fue hasta el día en que un falso sol explotó sobre Trinidad...y el Hombre cambió para siempre la maravilla."
Con estas palabras del Evangelio según San Mateo, recitadas en primerísimo plano por ese pequeño gran actor que es Michael J. Anderson, ante un fondo de negro absoluto empieza Carnivâle. Ya nos anuncian que nos encontramos ante una serie realmente especial. Y no decepciona.
No encontramos en 1934, en plena Gran Depresión (toquemos madera), Ben Hawkins (Nick Sthal), un joven presidiario fugado, es recogido por una feria ambulante, compuesta por los típicos freaks de la época: hermanas siamesas, mujer barbuda, hombre lagarto…todos ellos dirigidos por Sansón (Michael J. Anderson), aunque en realidad es el intermediario de el “administrador”, alguien que no sale de su caravana, nadie ha visto y habla a Sansón tras una cortina (¿a que resulta un poco familiar)?
No encontramos en 1934, en plena Gran Depresión (toquemos madera), Ben Hawkins (Nick Sthal), un joven presidiario fugado, es recogido por una feria ambulante, compuesta por los típicos freaks de la época: hermanas siamesas, mujer barbuda, hombre lagarto…todos ellos dirigidos por Sansón (Michael J. Anderson), aunque en realidad es el intermediario de el “administrador”, alguien que no sale de su caravana, nadie ha visto y habla a Sansón tras una cortina (¿a que resulta un poco familiar)?
Ben tiene unas extrañas pesadillas en las que ve una guerra ya pasada, lobos, mutilaciones… pero siempre aparece en sus sueños una persona a quien no conoce, un sacerdote. Lo que no sabe es que el hermano Justin (Clancy Brown) comparte las mismas pesadillas. Mientras la feria va de pueblo en pueblo y Ben intenta no dormir para evitar las pesadillas, Justin intenta por todos los medios construir una iglesia donde antes había habido una casa de juego, siguiendo una orden divina.
Como se puede ver, nos encontramos ante la eterna lucha entre el Bien y el Mal, pero las cosas no son tan simples como parecen. Durante una buena parte de los capítulos no sabemos quién es el bien y quién el mal, ya que en principio tan misteriosos e inquietantes parecen Justin como el Administrador. Las alucinaciones y los sucesos cada vez más extraños se nos muestran de un modo totalmente realista, pero sumamente turbador. No sé si fue casualidad o no que el director de varios episodios fuera Rodrígo García, hijo de Gabriel García Márquez, uno de los principales creadores del “realismo mágico”, porque la serie tiene mucho de eso. El gran acierto de la serie es darle un aire muy especial, como una mezcla de David Lynch y Tim Burton. Personajes como el mentalista ciego Londz aficionado a la absenta (Patrick Bauchau), o la echadora de cartas , Sofie, que se comunica mentalmente con su madre en coma, por no hablar de ese misterioso gerente oculto tras una cortina al que da la voz Linda Hunt harían las delicias de estos directores, aunque por supuesto la otra gran referencia obligada es la película Freaks de Tod Browning.
Una fotografía sencillamente perfecta, en la que predominan los tonos oscuros y terrosos, como el polvo del camino que ensucia las caras de los personajes, una ambientación modélica y un compacto reparto de actores entre los que destacan (como no podía ser de otra manera) los de los del “lado oscuro”, liderados por el carismático hermano Justin y su impresionante voz (el religioso más perturbador desde el Robert Mitchum de La noche del cazador), pasando por Londz, y como mediador de los dos mundos el inefable Sansón, que seguro que sabe muchas mas cosas de las que parece. Los componentes del circo tienen su propia moral y sus propias leyes, sabedores que son despreciados por el resto de la sociedad.
Aclamada por todos, lo extremadamente costoso de un rodaje con abundantes exteriores,detallada ambientación y su amplio reparto hizo que tuvieran que suspender la serie al final de la segunda temporada, que acabó con demasiadas preguntas por responder para el gusto de todos. El resultado sorprendió a todos: desde entonces no han parado de recibir mensajes solicitando que continúe la serie y se ha creado la plataforma savecarnivale para reclamarlo. De tal modo que Daniel Knauf, el creador, ha dicho que la acabarán. No saben ni cómo ni cuando, ni si será para la televisión o directamente al cine, pero lo harán. El tiempo lo dirá y si es así esperemos que esté a su nivel.
Exquisita obra maestra de la televisión, de nuevo de la mano de HBO.
ResponderEliminarY no sabes cómo me alegra el hecho de que quieran acabarla!
Fantástico post, como siempre ^^
Muchas gracias,Donnie. Es una lástima que no emitiera esta serie ningún canal de televisión, porque es extraordinaria. Yo también soy una fan de HBO, tiene un sello inconfundible
ResponderEliminarQué belleza de producción, qué locura y qué lástima que las cinco temporadas planeadas no pudieran ver la luz. Otra vez será.
ResponderEliminarExcelente artículo, Alicia :)
Muchas gracias, Brian. Si que es una auténtica lástima que no tuviera la duración deseada, pero al menos podemos contentarnos con las dos que hicieron, que son una maravilla
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