Extra crítica: 'Zombieland'
Jesse Eisenberg (a quien habremos visto antes, por fin, en “Adventureland”), Woody Harrelson, Abigail –Miss Sunshine- Breslin y la supersalida Emma Stone protagonizan una comedia con zombis que dirige el prácticamente desconocido Ruben Fleischer, y que trata la típica lucha por la supervivencia humana desde la comedia y la parodia de clásicos, derrochando sano humor a base de cerebros destrozados, huidas trepidantes y estudios sobre el existencialismo juvenil.
Que a estas alturas se tenga la esperanza de encontrar una película de zombis (o infectados) original es una utopía tan grande como el creer que la crisis económica actual acabará con la llegada de la Navidad. El género, muy apreciado por otra parte, ha sido explotado en prácticamente todas sus facetas a lo largo y ancho de sus casi ochenta años de vida, por lo que hoy en día la gracia reside en introducir conceptos propios de otra clase de cine en él, como son el humor o, algo más atípico, el estudio social (por así llamarlo) más cercano al cine indie o las peripecias de auteur de la casa Apatow -el mero hecho de que compartan escena tanto Eisenberg (actor cómico muy joven salido de la televisión) como la joya en bruto Breslin ya da buena muestra de ello.
Ambos ingredientes, aunque sobre todo el primero, son los objetivos de "Zombieland", que se podrían resumir en repetir por enésima vez la misma historia desde la frescura de un enfoque relativamente novedoso. Porque si bien ya habíamos disfrutado de algún que otro horror-comedy-with-zombies, lo cierto es que en raras ocasiones lo habíamos hecho desde el punto de vista más comercial y americanizado, o lo que es lo mismo, valiéndose de las tres normas que parecen imperar en Hollywood cuando de una producción así se trata: que la acción jamás abandone un papel protagónico, que siga la corriente y el tono de las comedias post-adolescentes recientes, y que lance algún que otro puñal a un género, una clase social, o celebridad. De esas tres premisas se aprovechan Fleischer y compañía hasta su extenuación, lo que lleva a 90 minutos adictivamente divertidos, en ocasiones sobresalientes, de una aventura de ritmo constante y sumamente estudiado, cuyo último interés reside en saber cómo concluirá.
Lo que importa es ver la siguiente hazaña de sus héroes, la próxima patochada, un nuevo caso de tensión sexual entre protagonistas. Y el director es plenamente consciente de ello.
Por eso, "Bienvenidos a Zombieland" brilla gracias al todopoderoso tándem masculino, con un Woody Harrelson absolutamente delirante y de química perfecta con Jesse Eisenberg, cuyo personaje parece haber empollado a conciencia la "Guía de Supervivencia" de Max Brooks; gracias a las tretas de las engañosamente adorables chicas que completan el reparto; y gracias a una primera hora de metraje donde no sólo acción, humor y evolución de personajes se antojan notablemente engarzados, sino que cuenta con veinte de los mejores momentos cómicos de la historia reciente del cine.
Ahora bien, lo difícil del tinglado supone aguantar el mismo ritmo a lo largo de toda la película, y en esta ocasión se percibe cierta sensación de desinflado general conforme el prescindible entramado se adentra en su clímax. Curiosamente (o no) esta es justamente la parte en que "Zombieland" abandona casi en su totalidad el humor del que ha ido haciendo gala hasta el momento, y centra sus esfuerzos en la acción pura y dura tanto como en el desarrollo de la trama, dejando por tanto una de las tres normas imperativas de lado y a la vez la que mejor funcionaba: el humor.
Y es que ante casos como el que nos ocupa se descubre que el cine, a fin de cuentas, no es más que un juego de equilibrios.
Pese a dicho borrón, no cabe duda de que "Bienvenidos a Zombieland" es una comedia sumamente entretenida y válida para todo el mundo, de su ritmo compacto y regular al que ayuda una duración de lo más comedida y un humor francamente acertado. La sola presencia de un Harrelson estelar ya bastaría para catapultar la película a la categoría de comedia del año, pero no contenta con ello, se reserva una sorpresa con las iniciales B.M. que le sirve para alcanzar, literalmente, la gloria.
Pocas veces un servidor se ha reído tanto en un cine, y aún menos sabiéndose un mero asistente más a la comunión de risas que se vivió en la festiva presentación de la cinta en Sitges '09. Lástima de esos pequeños fallos que impiden que nuestro recorrido por Zombieland sea perfecto.
Por Capitán Spaulding: La casa de los horrores
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Creo que coincidimos en qué es lo más divertido de la película, sin duda un verdadero puntazo, junto con el personaje de Woody Harrelson. Con lo del final, también coincido, bueno, a mí personalmente la parte final me aburrió soberanamente.
ResponderEliminarLa película no me ha parecido gran cosa por lo general, será que soy demasiado purista con el tema de los zombies y hay algunas cosas que no me gustaron al respecto, pero bueno, eso sería otra historia.
Por cierto que me gustaría comentar una curiosidad sobre la "Guía de supervivencia zombie" de Max Brooks que ya comentas en la crítica... Resulta que en el libro en un momento dado hablan de los "tweeks" (creo que era así el nombre), ese alimento por el que se pirra Harrelson en la peli... Explica el libro que es un alimento energético que ponía a mil a los militares y que su nombre, si no recuerdo mal, era la contracción de "two weeks". Aparte del guiño directo al libro con esto, me hace pensar que en el pasado, el personaje de Harrelson haya podido ser militar (ala, ya tienen precuela, juasjuas).
¡Saludos!