'Ascensor para el cadalso' (1957) - (Grandes clásicos)


La fatalidad de los amantes a escondidas tiene aspecto de ascensor, o de una fatídica cuerda atada a una baranda convertida en cabo suelto. O al menos así lo vio el escritor Noël Calef cuya novela sería adaptada al cine por Louis Malle y que para la memoria cinéfila ha dado dos elementos para el recuerdo: la música de jazz de Miles Davis y el plano-secuencia que sigue a Jeanne Moreau de noche por los Campos Eliseos.

Respecto al primero, Davis improvisó en una única sesión de grabación al son de un solo de trompeta tristísimo. El resultado, una banda sonora no como mero acompañamiento sino introduciendo el jazz como otro elemento significativo más, otro protagonista capaz de aportar nuevo contenido a la historia. En cuanto al segundo, el famoso travelling de Jeanne Moreau - en esos momentos musa y amante de Malle -, mujer y amante sola y desesperada deambulando de noche por hoteles y antros de mala reputación en busca de su amado. Un rostro y una figura iluminados sólo por las farolas y los escaparates.

El romanticismo y el cine negro francés se dieron la mano en un relato que empieza con un primerísimo primer plano, inolvidable, de Florence (Jeanne Moreau) hablando por teléfono con su amante Julien (Maurice Ronet). Hay susurros, sensualidad a flor de piel en los labios y pasión en la necesidad de encontrarse de nuevo.


Ascensor para el cadalso resultará trágico para los planes de los dos amantes, él un ex combatiente y solterón, y ella la esposa de un empresario enriquecido, con poder y dinero, gracias a la venta de armas (hay están, en la década de los 50, los ecos de las guerras de Indochina y Argelia). Pero también le añade más mala uva al no dedicarle ni un solo plano juntos. Únicamente tendrán ese privilegio en el encuadre de una antigua fotografía, el que les recuerda su amor y que su felicidad fue cosa del pasado.

Una historia de pasión y también de crimen, suministrada en dosis doble de amores y asesinatos. Julien empujado por la femme fatale Florence a acabar con la vida de su esposo; y el de dos jóvenes atolondrados, el muchacho carne de presidio pese a su juventud (Georges Poujouly) y una modesta florista con pocas luces (Yori Bertin). Dos parejas, dos destinos que se entrecuzarán por azares y decisiones de lo más alocadas hasta converger en un final sin remisión.

En enero de 1958, cuando se estrenó la película, la Nouvelle Vague estaba a punto de eclosionar, con Rohmer, Truffaut, Godard, Resnais, Chabrol, Rivette… Malle se coló entre ellos, aunque nunca formó parte del Movimiento. Y con tan sólo 25 años tendría con Ascensor para el cadalso un debut de lo más prometedor, con el que llamaría poderosamente la atención de cinéfilos y críticos. Poco después repetiría con Moreau en Los amantes.





 
Además del póster, recordemos también ese célebre travelling con esa búsqueda, melancólica, solitaria y afligida de Florence (Jean Moreau) por los Campos Eliseos de noche y acompañada de la música de Miles Davis.






.

Comentarios

  1. Esta es junto con Adiós Muchachos, El Fuego Fatuo y El Solplo al Corazón, mi una de mis películas favoritas de Malle!

    Ojalá algún día salga una 'rueda' como la que tengo de François Truffaut, pero de este otro genio, Louis Malle.

    ResponderEliminar
  2. Gran selección, Donnie. A mí también me gusta 'Lacombe Lucien', quizás uno de los títulos más olvidados de Malle.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

"LOS COMENTARIOS ESTÁN SUJETOS A MODERACIÓN. POR FAVOR, EVITA EN CUALQUIER CASO LOS INSULTOS, COMENTARIOS FUERA DE TONO O CONTEXTO, OFENSIVOS, PROVOCADORES Y MERAMENTE PROMOCIONALES O SPAM. RESPETA LA OPINIÓN DEL AUTOR DEL ARTÍCULO O LA CRÍTICA, ASÍ COMO LOS COMENTARIOS DE LOS DEMÁS". CUALQUIER COMENTARIO CONSIDERADO COMO UN TROLL TAMBIÉN SERÁ BORRADO INMEDIATAMENTE.

POR LO DEMÁS, ¡ADELANTE! NOS ENCANTARÁ SABER TU OPINIÓN.

Entradas populares