Crítica: 'Al límite'


Al límite es el título que ha conocido en España Edge of Darkness (Al filo de la oscuridad), no sólo nada original sino olvidando que ya existe un filme de hace unos años con el mismo título, el que protagonizó Nicolas Cage a las órdenes de un inspirado Scorsese en la que fue una estupenda (y eso, poco recordada) película del año 2000. Pero dejando aparte esta cuestión puramente localista por la traducción dada aquí. Edge of Darkness es una miniserie británica de 6 episodios de la BBC que se emitió a mediados de los ochenta, y además Martin Campbell, el director de aquélla repite de nuevo tras las cámaras 25 años después con Al límite.

Una decisión que entreveía como acertada. Tal vez el eficaz Campbell (007 Casino Royale, La máscara del zorro…) no sea un genio pero sí un director bastante capaz y que merece la confianza de que seguramente no destrozará una película, y ¿quién mejor que el mismo hombre que acertó realizando una de las miniseries británicas más prestigiosas e influyentes para adaptarla a los nuevos tiempos?

La acción cambia ahora de una ciudad del norte de Inglaterra a Boston, según los responsables del filme, la población estadounidense con más paralelismos a la del ambiente original por sus raíces e influencias inglesas e irlandesas. Y el mismo protagonista, Thomas Craven, el detective del Departamento de Policía, ya retirado, que interpreta Mel Gibson (después de 8 años sin verlo ante las cámaras) es de ascendencia irlandesa.


Pero me ha ocurrido que, pese a ser una película de buena factura, o el tener a William Monahan (uno de los guionistas de Infiltrados), Al límite no ha conseguido engancharme prácticamente en ningún momento. A parte están los puntuales golpes de efecto, con algún disparo a bocajarro al inicio o un auto arrollando a uno de los personajes secundarios de manera inesperada más adelante. Golpes de efecto de esos que más que nada logran despertar, sobresaltar, a aquellos espectadores que puedan haberse dormido haciéndoles preguntar que diantres ha ocurrido.

Y es que el argumento, al igual que el ritmo o el aspecto visual del filme, se le nota que es más de corte británico, más flemático, correcto y pausado, que norteamericano. Nada en contra y peor, cabría suponer, que se hubiera realizado un convencional thriller a la americana, plagado de supuesta acción y tópicos del género yanquis. Pero esa trama de las vinculaciones de las altas esferas del poder políticas y públicas del poder con los oscuros intereses de las grandes corporaciones empresariales privadas, unido a ese pánico por los peligros de las energías nucleares, y que tantas protestas y temores causaron durante los setenta y ochenta, hoy en día parece un tema más superado, o al menos… más visto. Narrado mil y una veces en la gran pantalla.

SIN INTRIGA

Oficio no le falta a Al límite, el de Martin Campbell tras las cámaras o el trabajo de los actores, con Mel Gibson convertido en la estrella absoluta, un veterano policía y un padre dispuesto a llegar hasta donde sea para esclarecer el brutal asesinato de su hija. Un Gibson apoyado por secundarios tan notables como Ray Winstone o Danny Huston (en su enésimo rol de villano); en una película que, influencia seguramente también británica, sigue una senda cada vez más trágica y que tratada de otra manera hubiera logrado, sin duda, ese halo crepuscular de tristeza y dureza, también de simpatía hacia unos personajes que hacen lo que deben de hacer pese a todas las consecuencias. Pero la película adolece de falta de vigor y originalidad, con un argumento en el fondo demasiado masticado y simple, sin sorpresas relevantes, y unos diálogos supuestamente enigmáticos o comedidos pero que no animan para nada la función. Y, en definitiva, no hay nada peor que una intriga que no sea intrigante.







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Comentarios

  1. No estoy de acuerdo con la crítica. Me parece una muy buena pelicula que deja algunos cabos sueltos para que el espectador reflexione posteriormente

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  2. Pues yo no encontré que dejara demasiados cabos sueltos (spoiler) y por si acaso, el personaje de Ray Winstone se encarga de eliminarlos todos (fin spoiler)... Las denuncias que propone sí que resultaban innovadoras o interesantes en los setenta y ochenta, pero hoy en día las encuentro más desfasadas, o demasiado tratadas ya en cine... Bueno, la película no me llegó a enganchar o interesar como a ti, y agradezco tu (escueto) comentario a modo de contracrítica.

    Lo mejor para mí quizás fue el ver a Mel Gibson y recordarme que nos ha prometido que hará una de vikingos como director... ¡puede ser tremenda! (en el mejor sentido de la palabra).

    Saludos anónimos !

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