'Tierra de faraones' (1955)

LA VÍBORA DE EGIPTO


‘Tierra de faraones’ (Land of the Pharaohs, 1955) no está considerada como una de las mejores películas de Howard Hawks. Algo que, por otro lado, tampoco resulta desdeñables si tenemos en cuenta que estamos hablando de uno de los mejores directores de la historia del cine. En su haber hay obras maestras inscritas en géneros muy diversos, desde la comedia (‘La fiera de mi niña’) al western (‘Río Bravo’, ‘El Dorado’, ‘Río rojo’) o el cine negro (‘, el terror del hampa’) o el de aventuras (‘Sólo los ángeles tienen alas’). No las he citado todas, pero ahí queda constancia de la maestría de Hawks.

Para este encargo de Continental Company, Ltd con el apoyo de Warner Bros., para adaptar la novela del ganador del Nobel William Faulkner, Hawks, capaz de manejar grandes presupuestos o inversiones modestas, tuvo en sus manos una abultada cantidad de dólares, 2,9 millones de los años 50. Relativamente bajos si se les compara con otras superproducciones similares de corte histórico o bíblico, caso de ‘La túnica sagrada’, de dos años antes y dirigida por Henry Koster, y que costó 5 millones; ‘Los Diez Mandamientos’, realizada un año después, de nada menos que 13 millones; o ‘Ben-Hur’, estrenada en 1959 y contando con un presupuesto de 15 millones.

Pero en esta recreación, naturalmente muy hollywoodiense, muy libre, de la construcción de la gran pirámide de Keops en el Antiguo Egipto de 2570 a.C., llegó a haber hasta casi 10.000 extras en una misma escena. Y aún moviéndose en cifras tan altas, ‘Tierra de faraones’ no tuvo a ninguna auténtica estrella como gancho para atraer al público. Es más, ni siquiera tienen relevancia la tópica y consabida subtrama romántica con la que asegurarse el éxito en taquilla.

Jack Hawkins asumió encarnar al faraón Keops, un hombre extremadamente ambicioso, tanto en las conquistas y riquezas que podía acumular en esta vida como las que podía llevarse a la otra después de su muerte, y en las que construcción de su monumento funerario sería la culminación de su vida y obra, una fortaleza mortuoria inasequible a las violaciones de los ladrones de tumbas. El otro gran plato fuerte de la función era una joven de 21 años cuando rodó la película, Joan Collins (en un personaje que se avanzaba unas décadas al que le haría realmente famosa, la pérfida Alexis Carrington en el culebrón televisivo ‘Dinastía’). La princesa de Chipre, Nellifer, materializada en una explosiva mezcla de erotismo y codicia.



Vashtar (James Robertson Justice) era la otra piedra angular de la historia como el esclavo e ingeniero judío (inspirado en la realidad en el personaje de Hemiunu) que aceptará el reto de diseñar la fastuosa e inexpugnable pirámide a cambió de la liberación de su pueblo. Su hijo, el joven Senta (Dewey Martin) protagonizará las escasas pinceladas románticas.

La disección de la labor de dirección de Hawks, o del tratamiento del guión y personajes, no daría, como comentaba, para una obra maestra, ni tampoco para el excelente. Pero sí para un notable. Aunque lo mejor es que el visionado de ‘Tierra de faraones’ es de aquellos que no se olvidan. Posee esa rara y mágica cualidad de que algunas de sus escenas y momentos queden fácilmente impregnadas en la memoria del espectador.

Curiosamente, una de las que más recuerdo se produce gracias a la voz en off, cuando hacia el inicio millares y millares de siervos y voluntarios egipcios para edificar la pirámide pasan, en pocos instantes (años en la película) del entusiasmo y los cánticos de alegría iniciales al lógico cansancio y desaliento ante una obra de tal magnitud que nunca parece terminarse. Efecto tratado a través de la música de Dimitri Tiomkin, algún cambio en la imagen (la voluntad de los trabajadores se rige ahora a golpe de látigo) y sobre todo por la voz en off que citaba.

La secuencia con el hijo varón heredero del trono de Keops, una flauta y una cobra, es otro de esos momentos que nunca se olvidan, al igual que el destino final que correrá Nellifer, una auténtica víbora, como justo castigo a su perversidad.



Imágenes:








.

Comentarios

Entradas populares