Crítica: ‘Legión’ – La invasión de los ángeles-terminator


La serie B en el género fantástico siempre ha sido refugio, cantera o fuente de sorpresas más que agradables. No es el caso de ‘Legión’, de Scott Stewart, que nos plantea la premisa, en una ocurrencia tampoco excesivamente original, de que Dios haya perdido su Fe en la Humanidad cansado de tanta maldad.

La mala hostia divina se traducirá en enviar a la Tierra un ejército de ángeles para liquidar a un bebé, todavía no nacido, destinado a ser el nuevo Mesías y, de paso, exterminar a cuantos más seres humanos mejor. Idea que le da la vuelta a esa imagen de demonios apoderándose de cuerpos terrenales para hacer que sean las supuestamente bondadosas criaturas celestiales las que infundan auténtico pavor cuando poseen a una persona. Sería, en parte, algo así como una versión fast food de ‘El exorcista’ con elementos de ‘La cosa’ o ‘El príncipe de las tinieblas’, ambas de John Carpenter, entre muchas otras como ‘Ángeles y demonios’ (no la adaptación del best seller de Dan Brown sino la modesta producción de 1995 de título original ‘The Profecy’, dirigida por Gregory Widen).

Y ya que el presupesto tampoco daba para más, ni siquiera para unos efectos visuales especialmente buenos, la acción se concentra sobre todo en un reducido grupo de personajes y una olvidada cafetería (de nombre muy revelador: ‘Paradise Falls’, "La caída del Paraíso") situada en mitad de un polvoriento desierto. Allí es donde trabaja como camarera la nueva “Virgen” María, que responde al andrógino nombre de Charlie (Adrianne Palicki), madre soltera y embarazada de ocho meses protegida por el dueño del local (un Dennis Quaid en su enésimo papel de perdedor borracho), y su hijo, Jeep (Lucas Black), un muchacho no sólo enamorado de ella sino también de corazón puro.


Pero, ¿qué hace de ‘Legión’ una mala película? El argumento ya es en sí mismo un sinsentido, pero mucha relación con ello tiene el que ya para empezar la presentación de personajes sea plomiza; que en lugar de trabajar mejor la tensión, el miedo, una atmosfera malsana… o ir más al grano con los momentos de acción y terror (que de eso se trata en una propuesta de esta clase) dedique demasiado tiempo a hacer que sus personajes hablen, dialoguen, se sinceren entre ellos en un surtido de tópicos evitables que perjudican la caída de la atención invitando al bostezo. O el uso de recursos tan desgastados como el convertir a rostros de lo más inocentes e inocuos, los de una anciana o una niña, en protagonistas de algunos de los (supuestamente) momentos más terroríficos. ¿Cuántas películas sobre zombis habrán hecho lo mismo? Pues, como mínimo es un recursos bastante regular desde que George A. Romero fundó el género-zombis, hace más de 40 años.

La función se anima muy pocas veces y, lo peor, el final se convierte en una sucesión de clímax que más bien son anti-clímax que caen en el ridículo, por manidos, por "espantosos". En medio también desaprovecha algunas de las que podrían haber sido sus mejores bazas, como la aparición de un heladero poseído  transformándose en una especie de arácnido.

Citaba antes algunas referencias a títulos de terror. Pero la sensación es que ‘Legión’ es en realidad una versión light, muy light y en clave de horror, de ‘Terminator’ con un post-apocalipsis en el horizonte y un grupo de rebeldes dispuestos a hacer frente a los T-1000 formato ángel que haga falta, y que deberán ser liderados por un John Connor mesiánico contra el holocausto urdido por Skynet/Dios. Pero, en fin, al menos hace honor a su condición de propuesta totalmente “desangelada”.

¿Una trilogía?

Se dice que la intención de Scott Stewart era la de hacer de ‘Legión’ una trilogía, pero a juzgar por la escasa repercusión crítica y en taquilla difícilmente va a prolongarse en la gran pantalla. Como mucho, sus posibles secuelas nos llegarán directamente en formato de vídeo doméstico. Pero, el gran enigma que encierre la película es sobre todo preguntarse: ¿qué hace un actor de la talla de Paul Bettany, interpretando al Arcángel Miguel, defensor de los humanos y con un manual de instrucciones tatuado en su piel (sic), metido en este desaguisado? Por si fuera poco, el actor británico ha repetido con el mismo director en ‘Priest’, a estrenarse, tal vez, en la primavera de 2011.







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