Crítica: ‘Los chicos están bien’ – Una pareja de lo más normal
Lisa Cholodenko no es una directora especialmente (re)conocida, ni siquiera entre los círculos más especializados, aunque algunas de sus obras, caso de ‘La calle de las tentaciones’ (Laurel Canyon, 2002) o ‘High Art’ (1998) recibieran cierta atención en los momentos de su estreno. Con ‘Los chicos están bien’ la fortuna le ha sonreído con el Globo de Oro a la mejor comedia o sus 4 nominaciones al Oscar, incluyendo la de mejor película y actriz para Annette Bening.
Una Annette Bening, por cierto estupenda, aunque su compañera de reparto y protagonismo Julianne Moore no la desmerezca en absoluto, bien al contrario, igual de justo habría sido otra nominación para ella. Interpretaciones que son, una vez más, la mejor baza de una película. Aquí la historia de un matrimonio de lesbianas, Nic y Jules, que entrará en crisis cuando el hijo mejor, de 15 años, Laser (Josh Hutcherson), decide que desea conocer a su “padre”, es decir, al hombre que hace tiempo donó su semen de manera anónima a una clínica con el que él, y su hermana, Joni (Mia Wasikowska, demostrando que Tim Burton no se equivocó con ella cuando la eligió para ser su Alicia) de 18 años, pudieran nacer mediante inseminación artificial.
La presencia en este particular núcleo familiar del donante, Paul (Mark Ruffalo. También nominado al Oscar), a pesar de sus buenas maneras e intenciones pondrá patas arriba todo su universo. Él es un cuarentón propietario de un restaurante que ha optado por no casarse ni tener pareja fija, y que atraerá tanto el interés de sus dos hijos como el de Jules (Moore) atrayendo de paso los celos de Nic (Bening).
Rodada de manera no especialmente brillante, sino más bien funcional y con sus buenas secuencias de diálogos entre personajes, la dirección de Cholodenko no destaca prácticamente nunca. Y el guión, más cercano a la comedia que el drama conyugal y sobre las relaciones, de pareja o entre padres e hijos, que podría haber sido acaba conduciendo la película hacia un final que se revela tan convencional, conservador y típico como cualquiera otra propuesta que hubiera sido protagonizada, en lugar de una pareja de lesbianas, por un matrimonio hetereosexual. Si cambiásemos el personaje de Nic por un hombre, los resultados serían los mismos.
No es, por lo tanto, ‘Los chicos están bien’ una obra que intente subvertir o desafiar convencionalismos, sino todo lo contrario. Las escenas de sexo siempre disponen de las pertinentes sábanas o sofás para tapar aquello que “no debemos ver”. Mojigata en sus imágenes, no lo es menos en su desarrollo, el enésimo elogio de la familia unida y el afrontar los problemas conjuntamente. Nada en contra. Tampoco nada nuevo.
La sensación es que Cholodenko (también coautora del guión junto con Stuart Blumberg) pretendía precisamente eso, la de mostrar a una pareja gay de mujeres como si fuera de lo más normal y corriente (de hecho, cómo debería ser), sin meterse en cómo deben afrontar su vida laboral o las relaciones con amigos y extraños por su condición. Tampoco en sus hijos se refleja en qué modo puede haberles condicionado o no, limitándose a ilustrar, eso sí, que tanto Nic como Jules intentan ser de lo más serenas e intelectuales con la educación y comunicación con sus hijos, por otros lado felices y exentos de más problemas que no sean los propios de su edad o del inminente paso de la adolescencia a la madurez. Una sensibilidad que demuestra, en cambio, no ser la misma con otros personajes secundarios, por ejemplo, con el ayudante jardinero que ha contratado Jules, un hispano que aporta leves pinceladas cómicas y con el que tanto Jules como Cholodenko lo tratan sin miramientos, como objeto de burla y casi desprecio. (Spoiler) O el mismo Paul, que queda como el "malo" de la película y solo (fin spoiler)
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La peli más floja de las candidatas a mejor peli en los Oscar de este año, con diferencia. Vaya peli más sosa... Los actores están bien, sí, y menos mal, porque si no, uf... Menudo telefilme de sobremesa!
ResponderEliminarCorrección política yanki y cine "indie" del más flojo se dan la mano sin miramientos.
Lo dicho, menos mal que ellas y Ruffalo (para mí fue una sorpresa, no le tenía en gran estima como actor) están muy bien.
PD: Sólo se ve un cigarrillo en toda la peli, igual con eso y con el tema de que las madres son lesbianas ya se piensan que están yendo de rompedores, ejem...
Je, je... pues si, Jon. Pensamos igual. En Estados Unidos ha sido recibida con críticas buenísimas, y es que por tener a una pareja de lesbianas como protagonistas ya les parece rompedor, nuevo y arriesgado... Pero, interpretaciones a parte, mediocridad.
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