Crítica: ‘El hombre de al lado’ – La ventana indiscreta


‘El hombre de al lado’, dirigida por los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat, opta por una propuesta minimalista para exponer un implacable retrato del elitismo y la intransigencia de las clases altas, argentinas, pero extrapolables a cualquier país; al mismo tiempo que nos habla de los temores sobre la invasión o intromisiones en ese espacio tan personal y propio como es la vida privada de nuestro hogar.

Su punto de partida es algo tan simple como la construcción de una ventana en la pared de un edificio. El motivo de la fricción es que las vistas de esta abertura dan directamente con la de una lujosa vivenda, la Casa Curutchet en la ciudad de La Plata - y la única obra realizada por el prestigioso Le Corbusier en toda Sudamérica -. El cabeza de familia, Leonardo (Rafael Spregelbud), un diseñador de fama y éxito, y su misma esposa (Eugenia Alonso) no están dispuestos a permitir la ubicación de la ventana de la discordia en ese lugar que da acceso directo a su trozo de mundo particular. Toda una grieta en la intimidad de sus vidas por la que se cuela un extraño, considerando precisamente que es una violación, o al menos un peligro potencial, a su privacidad al permitir acceder a verles, a ellos y a su joven hija – completamente autista en lo que respecta en la relación con sus progenitores -, desde esa inoportuna “ventana indiscreta”.

Pero su nuevo vecino, ese hombre de al lado, se ha empeñado en la necesidad del citado elemento arquitectónico añadido para conseguir “atrapar un poco de sol, unos rayitos de luz más”. Un molesto grano en el culo para Leonardo y su esposa que responde al nombre de Víctor (un Daniel Aráoz galardonado en varios festivales como actor revelación por esta película), y todo lo opuesto a ellos en cuanto a forma de ser y cultura. Un tosco vendedor de coches usados, también un loco, pero encantador y seductor en cierta manera, obsesionado tanto en lograr su propósito que no dudará en desplegar todas sus artimañas para intentar ganarse el respeto y la amistad de sus vecinos para que le autoricen la obra.


Es de aplaudir que el guión escrito por Andrés Duprat – el hermano de Gastón, uno de los directores -, y además excelente, sea original. Esta curiosa historia de conflicto, y amistad frustada, entre vecinos parece que al apoyarse en escasos personajes y decorados podría haber sido concebida originalmente para teatro. Sin embargo la labor de dirección es inspirada y dinámica pese a lo minimalista de su planteamiento. El uso del sonido es fundamental - los ruidos de la obras, la voz de los protagonistas… -; y en un terreno más cinematográfico, plagada de hallazgos visuales que empiezan desde las mismas imágenes que abren sus títulos de crédito.

Los decorados fríos y blancos de la Casa Curutchet se erigen como el hábitat idóneo para alguien igualmente frío y cerrado como Leonardo, ensimismado en su propio mundo, de la misma manera que en ocasiones la misma planificación o encuadres seleccionados por Duprat y Cohn lo parecen, ombliguistas y pagados de sí mismos incluso, muy estrilizados o fijándose en aspectos o detalles a priori irrelevantes, que acaban por acabar de redondear a la perfección ese retrato de Leonardo como gafapasta, snob y un individuo que, a lo largo de la historia, irá desgranando todas sus miserías morales, perfilándose como un sujeto tan cobarde – con pequeñas mentiras y ocultaciones de datos, sin atreverse a afrontar los problemas cara a cara – como definitivamente egoísta.

En cambio, nunca veremos como es el hogar de su vecino Víctor sino es a través de lo poco que se entrevé a través del ventanal que ha abierto. Una forma de dirigir la mirada crítica hacia ese snobismo de unos pocos que no quieren o necesitan abrirse a los demás, especialmente a los que no son de su misma condición – divertidísima, por ejemplo, resulta la escena en la que Leonardo junto con un amigo escuchan música de lo más alternativa y cool en plan bohemio -. Divertida, sorprendente, turbadora, inquietante, cómica, trágica, dramática… ‘El hombre de la lado’ supone la no aceptación del “otro”, de ese intruso tan distinto a nosotros que de repente intenta meterse en nuestras vidas, y la película de los hermanos Duprat y Cohn está incluso dispuesta a llevar todas sus consecuencias hasta el final con un duelo actoral Spregelbud vs aráoz de aúpa.


Estreno en cines: viernes 22 de julio 2011









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