Crítica: 'Mientras duermes' - Pura maldad


Y el premio al malo entre los malos es para... Luis Tosar. Uno de los personajes más increíblemente malvados que mis ojos han visto asomarse a mi pantalla es el del sigiloso portero César, protagonista de la terrorífica "Mientras duermes".

El adjetivo "terrorífica" puede hacer pensar en sombras tras la puerta del dormitorio, temblorosas manos que agarran puñales y ventanas que se cierran con un potente golpe. Nada de eso hay en la película de Jaume Balagueró. El terror aquí no son fuertes sonidos inesperados ni el malo persiguiendo al bueno a lo largo y ancho de unas crujientes escaleras. El terror aquí es Luis Tosar. Enorme, perfecto. Como siempre.

El terror en "Mientras duermes" es la mirada helada de César, es su minúscula vivienda, es lo que le dice a la policía (y cómo lo dice), es el trozo de tarta que le da al perro enfermo, son sus manos desenganchando las llave de los pisos, es su gesto inexpresivo, es el rostro de su madre mientras lo escucha hablar, es el metálico sonido del ascensor. El terror es un hombre infeliz que toma por objetivo en la vida hacer infelices a los demás.

Resulta inevitable que a la cabeza nos venga "La víctima perfecta", esa película americana estrenada apenas tres meses antes y que donde merece emitirse es en Antena 3 los sábados a las cuatro de la tarde. Porque también resulta inevitable darse cuenta de que para la película de Balagueró supone un insulto ser comparada con la protagonizada por Hilary Swank.


La historia empieza un tanto desconcertante. Te atrapa lentamente, sin darte casi cuenta. Y lo realmente bueno viene durante la segunda mitad de la película. Cuando ya estás comprendiendo cuánta maldad puede haber dentro de una persona y cuando lo único que deseas es llamar a Clara y suplicarle que se mude de ese maldito bloque esa misma noche. Clara (mágica Marta Etura) es sonrisas, es comer Nutella bailando alrededor del salón, es luz. Esa luz que César se dedica a apagar poquito a poco, día a día: lunes, martes, miércoles, jueves... Como una especie de diario, la película nos deja ver cómo el portero va tejiendo meticulosamente un delicado hilo con el que estrangula poco a poco la vida de Clara, hasta ese final que te deja con la boca seca porque has olvidado respirar durante los últimos minutos.
"Mientras duermes" es una película desagradable. No hay vísceras ni puñaladas (bueno, más o menos. Porque la sangre es protagonista absoluta de una escena en la que mantener los ojos abiertos se torna un logro digno de premio), pero esos minutos durante los que César le dice a la vecina, la Sra Verónica (Petra Martínez), lo que realmente piensa de ella casi podrían clasificarse de cine "gore".

Y cómo no mencionar a Úrsula (Iris Almeida), la escalofriante niña de ojos tremendos que hace tambalear los oscurísimos planes de César. O a Marcos, un personaje que podría haber sido poco más que el simpaticón novio de Clara y al que Alberto San Juan dota de vida propia.

También se trata de una película imprevisible. Nunca sucederá lo que esperas. Nada es lo que esperas, casi nada es lo que imaginas. De repente da un giro, y otro, y otro. Giros que te marean, que te confunden, que hacen que te halles absolutamente aterrorizado porque, poquito a poco, vas descubriendo de lo que César es realmente capaz.




















Comentarios

  1. Sin duda acojona la peli. Bueno, en realidad quien acojona es César... Porque Balagueró juega a eso, a hacernos pensar que gente así la podemos tener alrededor nuestro y no nos damos ni cuenta. Miedito... yo prefiero no pensarlo!!!

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