Sitges'14: Crítica 'Annabelle'


Si justo hace poco más de un año, James Wan se las apañó para cautivarnos con la solidez con la que había orquestrado 'Expediente Warren', la aparición de un spin-off protagonizado por uno de los objetos más espelunantes de la película, causó expectación en todos los fans del género. Sin embargo, sin Wan a la cabeza, y con bastante prisa para que llegará rápido a las salas, el resultado desastroso de 'Annabelle', no lo ha pagado la horrible muñeca, sino los espectadores que esperaban algo más que el cumulo de artificios de siempre.

Pero contextualicemos, 'Annabelle' relata la historia de una pareja que va a tener un niño, y claro está, el padre no encuentra mejor regalo para su mujer que una muñeca horripilante antes de dar a luz. Por supuesto, la felicidad de la pareja desaparece pronto cuando una noche, dos miembros de una secta satánica entran en su casa y los atacan con un cuchillo. A pesar de las heridas, la pareja sobrevive y los miembros de la secta acaban muertos, pero no sin antes haber invocado a un ente maligno que se queda atado a la muñeca, y empieza a acecharlos para conseguir el alma de uno de ellos. Recapitulando, tenemos: una muñeca siniestra, un demonio, una casa encantada, una pareja asustada, y una buena dosis de efectos de sonido. ¿Qué puede fallar? Todo. Si todas las cosas que acabo de nombrar no os suenan a los clichés de toda la vida, tenemos un problema. Al contrario de 'Expediente Warren', 'Annabelle' se va por la vía fácil, aprovechando largos primeros planos de la muñeca, y trucos de montaje tan precarios que pueden sacar de quicio a cualquiera.

Sí, no lo vamos a negar, la película tiene dos o tres sustos bastante logrados que consiguen que avance la acción un poco más rápido. Pero a posteriori, el metraje es tan esquemático y previsible, que poco pueden hacer unos cuantos planos diseñados para aterrorizar al público. Por no hablar de la figura del cura, y de la librera especializada en lo paranormal, su mera función en la trama no hace otra cosa que hacerla más previsible y darle un toque aún más patético al guion.



Para quienes aún se estén planteando sentarse en una butaca para verla, deben de saber que Annabelle no sería la compañera de juegos de Chucky, su presencia es estática y sin mucha relevancia. Si por otro lado, buscan algo digno, o parecido a 'Expediente Warren', la relación entre las dos cintas se limita a la presencia breve de la endemoniada muñeca, que incluso puede llegar a ser más expresiva que los dos actores que la protagonizan. En resumen, el misterio de la muñeca encantada lo resuelven, pero nos dejan con otro mucho más preocupante, el éxito de taquilla que ha tenido su primer fin de semana en Estados Unidos.

Nosotros nos quedamos con el terrible recuerdo de los silbidos en el pase matinal de la película en el Festival de Sitges de este año.



1/5


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